viernes, 15 de noviembre de 2013

Día especial: Recuerdos del día cero

♫ Feliz... feliz cumpleaños, feliz feliz cumpleaños, te deseamos a ti! 

Buscaba eliminar las espinas del camino que recorro, pero solo logré lastimarme. 
No se puede... esperar. Hay que avanzar. Solo así no te arrepentirás de haber esperado algo que tal vez nunca pasaría, ya que si no pasa mientras disfrutás de la vida, es porque no tenía que pasar.
Llegar al final del camino y saltar. ¿Qué tan lejos me encuentro del final? Aún veo el comienzo. 
Saltar sin preocuparte de cuándo se termina todo, porque las preocupaciones te vuelven ciego. La caída es inevitable y no importa saber volar, lo importante es haber caído. Lo importante es haber vivido.
¿Qué tan lejos me encuentro del final? Eso ya no importa.
Después de todo, no estamos tan lejos. Tú y yo vemos la misma Luna, ¿cierto?
El final, no es un final.



A minutos de un parcial y yo aquí... delirando como siempre. Que tonto u_ù

Perigeo lunar: El libro imperecedero~ [Primera página]

Ya había dicho que el libro que la Ardilla me había dejado solo mostraba páginas aleatorias y en los días que quería. Pues bien, había leído esto hace tiempo. La primera página que leí de la que no entnedí todo. Mientras leía la historia, la sentía... familiar.

--o--

Un mundo oscuro, amplio y vacío. Sin estrellas, ni sol ni luna. Se oye el sonido de un viento recorrer el lugar, pero no hay viento. El eco del silencio.
Las cosas brillan por si solas, sin necesidad de ser iluminadas. Brillan y alumbran la nada. Al menos así veía su vida un joven que llevaba, unas orejas de conejo alargadas.
Caminaba rumbo al final del camino, tan largo y angosto. Era extraño que no se rompiera, pero más extraño era que flotara.
Caminaba esquivando huecos y piedras. Arbustos con espinas. Caminaba y no le importaba qué le dijeran. (¿Quiénes?). 
Lloraba y saltaba. Sufría de caídas, pero se levantaba y continuaba. De vez en cuando su camino se acercaba a otros, por donde pasaban seres que, de igual forma o más cómodamente, caminaban. Todos siempre llevaban alguna cosa que les gustara, y el mismo llevaba un cuaderno. Uno en el que dibujaba cosas que veía. Cosas de tiempos diferentes, que ocurrían a grandes distancias, y cosas que no habían ocurrido. También le gustaba pretender contar una historia, aunque nunca nadie escuchaba.
Cuando se aburría imaginaba un cielo estrellado, pero no sabía porque podía ver un cielo estrellado en un mundo donde eso no existía. A veces se reía de sus visiones y a veces coincidían con encuentros fortuitos con otros caminantes.
¿Soñaba? No, no sabía lo que era soñar después de todo. Esa era su vida real. Su realidad.
A lo lejos y adelante, observó su camino unido a otro, pero nadie venía del otro lado. Así que esperó un rato.
Un día o dos. tres meses o cuatro. Cinco años o seis. Hasta que apareció aquel que recorría esa vereda. 
Una hermosa joven que llevaba un cuaderno. Y le dio curiosidad saber que hacía con el, pues no había muchos caminantes que llevaran uno como ese.
Primero la observó, ya que solo intentaba curiosear. Pasaron varios días y creo muchas historias cuando el camino se separaba.
Aún separados, los caminos no se perdían de vista. El suyo era muy extraño, pero el de la joven también. La mayoría de los caminos que había cruzado, eran prácticamente rectilíneos, y muy pocos eran interesantes. De cualquier forma, nadie le parecía interesante, solo le gustaba observar cómo el resto se aventuraba en el inmenso vacío de aquel mundo.
Un día, despertó de su descanso, y observó que su camino volteaba y daba una vuelta sobre el de la joven. Y logró ver aquel cuaderno más de cerca. Era fascinante, y se sintió extraño. 
Se agarró el pecho y cerró los ojos. Sentía. No sabía qué, pero lo sentía. Al abrir sus ojos y observar el cielo negro, asombrado vio que ahora mostraba colores azules y violáceos, y algunos millones de estrellas. Había luz. Era como el universo que nunca vio.
"¿Qué es el universo?" pensó. 
Hubo hace tiempo un mundo oscuro, amplio y vacío. Sin sol ni luna. Había estrellas por todos lados. El sonido del viento recorre el lugar y se oye el silencio, dejándolo en un estado de ebriedad. Su corazón cosquilleaba. 
Siguió caminando, dibujando su nuevo lugar. Pero siempre aquel camino volvía. Y la muchacha no paraba. Y su cuaderno estaba lleno de dibujos de ella, aunque no recordaba haber hecho tantos.


Encontró un dibujo que había hecho hace tiempo. Uno que había soñado. Un sueño que le mostraba personitas siendo felices unas con otras. Pero no entendía esos sueños. 

En aquel pequeño mundo, las personitas llevaban un corazón en su espalda. Una mochila que era un corazón de cristal, pero vacío. En el sueño una se interesaba en otra, sin respuesta alguna. "A" y "B".
"A" Realizó muchas tareas, pero sin efecto, aún así, confió. Su mitad se había fragmentado entre tantas cosas que hizo por "B".
Al final termina soñando que "B" encuentra otra mitad, y "C" une su mitad con la otra. Ambas mitades formaban un reloj de arena roja, y el tiempo corría.
"A" estaba solo de nuevo. Y sin ninguna explicación, su mitad se lleno de arena roja, solo que esta se derramaba sin razón. Su tiempo corría y moría. 
Así terminó aquel sueño.

Continuó caminando... 

[Cambio de página]

Seguiré leyendo la historia, pero ya debería descansar~
Un descanso eterno en la luna. Porque mi mente no puede más.






Lyrics:

It might not be the right time
I might not be the right one
But there's something about us I want to say
Cause there's something between us anyway

I might not be the right one
It might not be the right time
But there's something about us I've got to do
Some kind of secret I will share with you

I need you more than anything in my life
I want you more than anything in my life
I'll miss you more than anyone in my life
I love you more than anyone in my life