escribe en el cielo una nota alusiva.
Palabras de vidas pasadas
que se ahogan en el océano del tiempo.
Distancias que no significan nada
y tiempos que concuerdan con todo.
Impaciencia en cada latido,
mareos con cada respiro.
Quiero eternidad en una cuchara,
quiero ilusiones en una canasta.
Beber de una tetera grandiosa,
todas esas cosas que nadie ve.
El aire que se vuelve exquisito
sólo cuando te acaricia.
Esa sensación de sanar esas heridas,
no viene de afuera.
Quiero una historia feliz, donde no sea dejado de lado.
Quiero pensar que existe en mi rompecabezas de dos piezas,
esa otra que falta y encaja perfectamente.
Creo que el rompecabezas está en el pecho, y tiene una pieza perdida.
Ahora miro al vacío sin miedo de nuevo, porque el miedo nunca estuvo en mi naturaleza.
Eso seguro me confundía y me alejaba de la simple mirada que tenía.
Que exquisito sabor tienen los recuerdos, cuando son sobre sentimientos sinceros.
