viernes, 1 de noviembre de 2013

Conejo guardian: Encuentro con el visitante de Lunaria ~tercera parte [Final]

Cualquier habilidad tiene un precio. El mío es el recuerdo.
Ya sea recordando algo u olvidando algo, la sensación de fragilidad está ahí. Diciéndome que debería desaparecer para siempre. 
¿Contra quién estoy luchando? ¿A quién espero tanto? No recordar también es doloroso.

Un sonido familiar irrumpía en el aire. Se arremolinaba y se quebraba. Como siempre, su estilo para aparecer era inquietante.
-Ha llegado el momento -exclamó.
-Me dirás sobre el libro que me has entregado? -preguntó inquieto aún por no haber encontrado respuestas a esta pieza de rompecabezas que tenía en sus manos hacía ya unos días.
-No... sobre la muchacha que has traído. Ya te ha dicho quién es ¿Verdad? -fumaba su pipa.
-Si y no -respondía el joven lunarian. Era cierto que le dijo su nombre, pero no dijo nada más.

Al final, sus respuestas le sabían a incertidumbre. Quería la verdad. Así que se dirigió al bosque de los espejismos. Siguiendo las instrucciones que su amigo el Lobo le había dado. Aquel lugar que poseía un objeto extraño.
Así fue como se cruzó con su nuevo amigo, Lobo Blanco, que se había perdido.

-Vagaba sin rumbo disfrutando de los días cálidos que han llegado, pero luego ... no recuerdo que pasó -se tocaba la cabeza confundido.

El joven le señaló en dirección al bosque al que se dirigía y pensó que tal vez debía ser cauteloso.
Mientras seguía el camino hacia el exilio pensó que tenía hambre. Y se convenció de que al volver, prepararía alguno de sus platos favoritos como recompensa por su arduo trabajo (que básicamente era para él mismo).

Se acercaba a la entrada de aquel bosque, y divisó un campo de flores bien cuidado. Era extraño ya que solo había girasoles. Había una joven con un parasol cuidándolos. Prosiguió sin llamar la atención hasta adentrarse entre los árboles, hasta que comenzó a escuchar esas risas.
Eran las risas de una muchacha y algún joven con suerte, pensó, así que no le prestó mayor cuidado.
Llegó a la roca que el Lobo le había indicado y comenzó a buscar aquel espejo. Las risas cesaban y se volvían eco. El silencio era extraño. No escuchaba ni siquiera animales o insectos.
Una sombra acechaba el lugar, pudo sentirla pero pensó en alguien perdido. También recordó las risas, y pensó que lo habían visto, pero no le preocupó.
Seguía buscando el lugar, pero todos los árboles le eran familiares. De pronto se detuvo y oyó lo que le molestaba.
Eran como susurros. Y las risas no estaban allí, sino del otro lado.
"Has olvidado..." alcanzó a escuchar. De pronto ella estaba allí, parada frente a él. ¿Quién era? No tenía la respuesta. Sin darse cuenta, se encontraba derramando lágrimas y no entendía. Se dio vuelta y divisó la sombra, incluso la reconoció. Sin duda alguna era Alicia.

-Olvidaste... -pronunció con un tono triste-... que estaremos juntos allí de nuevo? -señalaba la Luna. Pero no tenía sentido. Entonces la muchacha de cabello negro desapareció.

Se sentía cansado y sin energías para moverse, pero justo cuando iba a dormirse, su otro yo le prestó su fuerza. Sus ojos se tornaron rojos y la voz de la locura habló. Dio un golpe en el piso y la niebla se detuvo. El viento se detuvo. Todo a su alrededor estaba quieto. Entonces se escuchó un fragmento de vidrio caer al suelo y estallar, seguido de otro, cada vez más seguido. La imagen del bosque sombrío desaparecía de a pedazos como un cristal pintado, dejando ver poca luz y árboles más verdes.
Luego de recuperarse, volvió a la normalidad y bostezó.
Frente a él, había un espejo de marco plateado. Pero en el espejo no había reflejo. Y ya no estaba en el bosque. Se encontraba en la colina, más precisamente detrás del pozo.
Lo iba a guardar, cuando vio en el pozo una marca que no había notado por la hierba crecida. La marca del espejo, y la del libro. Estaban relacionados de alguna forma y además con él mismo.
Al entrar en su casa, no encontró a Alicia. Y su amigo el Lobo no supo decirle que sucedió con ella.
La Ardilla no le hablaba, haciendo que su interés por saber que sucedía en ese lugar, creciera.
Su nueva pregunta fue, ¿Realmente había llegado al lugar al que aquella voz lo había llamado?


A veces encuentro fragmentos del tiempo en mi cabeza. Creo que podría enloquecer a cualquiera. Tal vez no son vidas pasadas, quizás recuerdos del futuro. Incluso recuerdos de alguien más. No puedo saberlo~
Sintiéndome... con ganas de volver a casa u_ù


jueves, 31 de octubre de 2013

No existencia~

¿Quién me mintió para que crea en mis sueños?
¿Quién me invitó a querer estar a tu lado?
No te equivoques, no fue tu culpa,
pero la de alguien más que cumplía
lo que decía cuando lo veía mientras dormía.

Alunizaba en la noche y veía mundos fantásticos,
y te hice protagonista de incontables aventuras.
Cómo explicarte lo delicioso de esos momentos,
que nunca tuve al volver de esas locuras.

¿Quién escribe lo que pienso?
¿Por qué decide mis acciones?
¿Quién maneja mis emociones?
¿O qué vuelve mi mundo extenso?

Pensaba que todo iba a estar excelente,
que nadie se iba a interponer.
Sin embargo nada se puede suponer,
todos esperan cambiar algo en su mente.

Desde el comienzo era un muñeco
que solo hacía lo que le parecía
vacío y sin vida, que a nadie pertenecía,
carcomido por lo malo, dejado hueco.

¿Existo porque ella existe?
¿Tengo otra mitad?
No la encuentro en la ciudad
y es que creo que te fuiste~



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